viernes, 16 de marzo de 2007

Juan Silencio no es joven, ni viejo.
No vive en ninguna parte,
y ni siquiera recuerda su nombre.
Odia las marcas, las reglas y las agendas,
las rejas y los relojes.
Responde siempre que no, y aplaude cuando
un chico se pierde en la playa.
Es uno más de esos seres sin rostro
que caminan la ciudad.

No hay comentarios: