lunes, 15 de enero de 2024
martes, 5 de mayo de 2009
Cuatro Nuevas Historias
Juan silencio salió al balcón a darle de beber a sus plantas, pero siguió de largo, no por el envión, sino por un viento traidor que se lo llevó a pasear por los techos de los vecinos.
Juan Silencio encendió la radio, pero no escuchó nada. Le pegó unos golpecitos como para despertarla, pero la maquina siguió muda. Cuando volvio a golpearla con más fuerza que antes, le escupió una lluvia de transistores y cablecitos y ya nadie logro hacerla hablar.
-El otro día soñé que corría hasta el borde de una acantilado y me detenía ahí, mirando el mar...
-Ah, no... dijo Juan, yo cuando sueño no me pongo limitaciones.
La tortuga Manolita se estaba dando un baño en la pileta del lavadero. Juan la sorprendió mirándose en el espejo y Manolita se sonrojó y salió corriendo lentamente, como corren todas las tortugas.
Juan Silencio encendió la radio, pero no escuchó nada. Le pegó unos golpecitos como para despertarla, pero la maquina siguió muda. Cuando volvio a golpearla con más fuerza que antes, le escupió una lluvia de transistores y cablecitos y ya nadie logro hacerla hablar.
-El otro día soñé que corría hasta el borde de una acantilado y me detenía ahí, mirando el mar...
-Ah, no... dijo Juan, yo cuando sueño no me pongo limitaciones.
La tortuga Manolita se estaba dando un baño en la pileta del lavadero. Juan la sorprendió mirándose en el espejo y Manolita se sonrojó y salió corriendo lentamente, como corren todas las tortugas.
viernes, 16 de marzo de 2007
Suscribirse a:
Entradas (Atom)