martes, 5 de mayo de 2009

Cuatro Nuevas Historias

Juan silencio salió al balcón a darle de beber a sus plantas, pero siguió de largo, no por el envión, sino por un viento traidor que se lo llevó a pasear por los techos de los vecinos.

Juan Silencio encendió la radio, pero no escuchó nada. Le pegó unos golpecitos como para despertarla, pero la maquina siguió muda. Cuando volvio a golpearla con más fuerza que antes, le escupió una lluvia de transistores y cablecitos y ya nadie logro hacerla hablar.

-El otro día soñé que corría hasta el borde de una acantilado y me detenía ahí, mirando el mar...
-Ah, no... dijo Juan, yo cuando sueño no me pongo limitaciones.

La tortuga Manolita se estaba dando un baño en la pileta del lavadero. Juan la sorprendió mirándose en el espejo y Manolita se sonrojó y salió corriendo lentamente, como corren todas las tortugas.

viernes, 16 de marzo de 2007

Juan Silencio no es joven, ni viejo.
No vive en ninguna parte,
y ni siquiera recuerda su nombre.
Odia las marcas, las reglas y las agendas,
las rejas y los relojes.
Responde siempre que no, y aplaude cuando
un chico se pierde en la playa.
Es uno más de esos seres sin rostro
que caminan la ciudad.